miércoles, 14 de octubre de 2009

DIRECTOS HACIA LA SERVIDUMBRE




Tras el cierre masivo de periódicos cabe preguntarse si la prensa está muriendo o si realmente puede recuperarse de este golpe de efecto provocado por la crisis. Quizá el hecho de que se hayan cerrado cientos de empresas suponga un lastre para los periódicos también, o quizá es que yo tengo razón y la gente ya no lee como antes. Cabe pensar también si estamos perdiendo facultades o es que nos estamos volviendo abiertamente idiotas. Veo a la gente quejarse por todo y sin embargo nadie quiere ahondar en la raíz del problema, profundizar en conceptos que van más allá de sus simples inquietudes. El problema matriz no es que los españoles no lleguen a fin de mes. Pensar eso es simplista y vulgar. El problema es que tenemos un gobierno que mira para otro lado mientras cierran empresas y trabajadores aumentan las listas del paro, un gobierno incapaz de asegurar un futuro a nuestro país, con una pésima integración en la Unión Europea, no voy a preguntar qué es lo que ha hecho mal Zapatero, porque son muchas cosas, ¿qué es lo que ha hecho bien? El problema es que los españoles no somos libres ni para realizarnos como personas y menos aún libres para pensar en libertad. Somos tan libres que podemos gritar como si estuviéramos en un desierto y no nos escuchase nadie. Tan libres como para que se nos llame progresistas si apoyamos al gobierno o se nos tilde de fascistas si estamos contra él. Nadie trata de restar méritos a los que han conquistado derechos, porque nosotros somos los primeros en defenderlos. Empecé hablando de la prensa. ¿Por qué? Porque la gente exige a gritos información veraz, transparente y sincera. ¿Es lo que nos están dando los medios afines al gobierno? ¿Es lo que podemos esperar de Zapatero? Me temo que no. Y espero que la gente abra los ojos. Un gobierno que apoya a otro gobierno donde la libertad de prensa y la libertad de expresión puede ser una utopía no debería hablar de democracia, dignidad, talante o tolerancia.

Y lo digo desde la tolerancia. Además me pregunto una cosa, ¿queda lugar para gente como yo en el país de los progres? Está claro que a veces lo pongo en duda.

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